Cigarrillo electrónicos para ayudar a dejar de fumar: ¿Está dicha la última palabra?

+Gonzalo Alvear+

En relación a los estudios publicados en nuestra entrada de resumen recién pasada, presentamos una editorial sobre la evidencia existente a la fecha sobre este tema.

Arch Bronconeumol 2024;60:195–196

Recientemente, la Librería Cochrane publicó tres nuevos metanálisis relacionados con la eficacia y seguridad de los medicamentos antitabaco y cigarrillos electrónicos (Cig-e), para la cesación tabáquica. En el primero de ellos, los autores concluyen que la citisina y vareniclina ayudan más a las personas a dejar de fumar que el placebo y, comparando la citisina con la vareniclina, podrían haber más beneficios con la vareniclina. En el segundo metanálisis, enfocado sólo en los Cig-e, concluyen los autores que hay evidencia de alta certeza de que los Cig-e con nicotina aumentan las tasas de cesación, comparado con la terapia de reemplazo nicotínica (TRN), y evidencia de moderada certeza que aumentan las tasas de cesación comparado con los Cig-e sin nicotina. En el tercer metanálisis, la conclusión es que la vareniclina, citisina y Cig-e con nicotina, tienen eficacia similar para ayudar a los fumadores a dejar de fumar, evaluando esta conclusión como con certeza alta. 

Con respecto a las conclusiones del segundo metanálisis, es importante considerar que sus conclusiones se obtienen basándose en los resultados de 6 estudios, de los cuales dos de ellos contribuyeron con significativo peso a dichas conclusiones. Es relevante apuntar que ambos estudios tienen notables limitaciones metodológicas. Entre ellas, ninguno de los dos es controlado por placebo ni doble ciego; en uno de ellos, los autores reconocen que cometieron un error al hacer los cálculos para obtener una muestra adecuada y detectaron que la forma en que el medicamento fue distribuido entre los grupos, benefició a los grupos con Cig-e; ambos estudios tuvieron notables problemas de adherencia a la medicación con nicotina en relación a la adherencia a los Cig-e (Tabla 1). En ambos estudios, la adherencia fue siempre superior en los grupos con Cig-e. En ambos estudios, la adherencia a la TRN fue menor durante el primer mes que la adherencia a los Cig-e. El síndrome de abstinencia a la nicotina es muy intenso durante el primer mes y la necesidad de medicación para controlar esto es muy alta. Según los datos de adherencia, la mayoría de los sujetos de los grupos con TRN no usaron en forma adecuada esta medicación durante este periodo, comparado con los sujetos con Cig-e. 

Otro problema importante que se detectó en estos estudios, se refiere a la persistencia del uso de los Cig-e más allá del tiempo establecido. En uno de ellos, el 38% de aquellos abstinentes a los seis meses de seguimiento estaba aún utilizando Cig-e y el 29% de los que recayeron a los cigarrillos convencionales, seguían usando también Cig-e. En el otro, cerca del 80% de los que usaron Cig-e para dejar de fumar, aún los estaban ocupando al año después. Esto podría hacer sospechar que el uso de los Cig-e podría causar adicción. Esta sospecha ha sido confirmada por los resultados del primer metanálisis, que analizó la prevalencia de uso continuado de Cig-e incluyendo 19 estudios, con 7.787 participantes, mostrando que la prevalencia agrupada del uso continuado de Cig-e a los 6 meses o más, fue del 54%. De los participantes que habían dejado de fumar cigarrillos convencionales, cerca del 70% estaba aún usando Cig-e a los 6 meses o más. Estos datos sugieren que los Cig-e pueden ser adictivos y, ciertamente, perpetúan la adicción creada por los cigarrillos convencionales.

El tercer metanálisis de Cochrane, el que investigó los beneficios comparativos de las diferentes farmacoterapias para dejar de fumar y los Cig-e, concluyó que las intervenciones más efectivas son los Cig-e con nicotina, vareniclina y citisina (todos con alta certeza), como también la combinación de TRN (efecto aditivo, certeza no establecida). Hubo también evidencia de alta certeza para la efectividad de los parches de nicotina, TRN de rápida acción y para el bupropión. Pero este metanálisis tuvo algunos aspectos sorpresivos. El uso de los Cig-e con nicotina es valorado con el mismo nivel de efectividad para la cesación tabáquica que los medicamentos antitabaco, como la vareniclina o las TRN, tomando en consideración que los autores sólo evaluaron 16 estudios clínicos randomizados (ECR) de Cig-e con nicotina, que incluyeron 3.828 participantes, comparado con 67 ERC de vareniclina (16.430 participantes) y 225 ERC de TRN (69.075 participantes). Además, ninguno de los ERC con Cig-e se hizo en participantes con enfermedades severas. También sorprende en este metanálisis que, en cuanto al daño y tolerabilidad, no hay ninguna conclusión sobre el uso prolongado de los Cig-e con nicotina.

Todos estos datos explican que la aseveración que los Cig-e con nicotina son tan efectivos para ayudar a dejar de fumar, que los demás medicamentos antitabaco, debe tomarse con precaución. 

El uso de los Cig-e tiene importantes problemas de seguridad que aún no se han resuelto. Estos incluyen: (1) muchos estudios han enfatizado que el uso de Cig-e, con y sin nicotina, se acompaña de la inhalación de sustancias con poder carcinogénico; (2) el uso de los Cig-e puede aumentar la predisposición a sufrir enfermedades pulmonares infecciosas; (3) el uso de Cig-e se asocia con el desarrollo de daño pulmonar agudo (EVALI); (4) el uso prolongado de los Cig-e puede producir lesiones en la mucosa bronquial muy similares a las observadas en fumadores con EPOC; (5) los Cig-e pueden causar adicción. 

Todos estos datos sugieren que los Cig-e, con y sin nicotina, no son seguros, ya sea en el corto, mediano o largo plazo, para ayudar a los fumadores a dejar de fumar. 

En resumen, y basado en todos estos datos, se puede concluir que los Cig-e no son dispositivos efectivos ni seguros para ayudar a dejar de fumar.